jueves, 10 de mayo de 2012

From the Land of the Rising Sun

Últimamente veo mucha coñita (sobretodo en páginas americanas) con lo buenos que son los asiáticos en todo.  Frases como "no importa lo bueno que seas en X, siempre habrá un asiático que te supere". Bueno, la verdad es que, como ingeniero que soy, siempre he tenido un punto de vista "matemático" del asunto. Vamos, que con la cantidad de asiáticos que hay, solo por estadística es muy probable que el mejor del mundo en cada campo o habilidad caiga en Asia.

Por otro lado, tengo un lado "romántico". Es la parte de mi que cree en cosas más allá de la percepción. No se, esos factores que no sabemos explicar (probablemente porque son muy complejos) y que hacen que asociemos conceptos como Andalucía y flamenco, Mississippi y blues, etc... Ese mismo lado es el que respondía a esas coñas con un "...pues nunca he visto un Koreano cantando blues o un Japones haciendo motos vintage, americanos exagerados, ja!". Ese lado a muerto. Al menos a muerto de amor. Amor, que ha surgido en mí al conocer el trabajo de Shinya Kimura y su taller Zero Engineering.

Dos de las obras de Zero Engineering


Tengo que reconocer que lo conocí por casualidad. Hace bastante que no tengo tiempo ni medios para explorar la red en busca de fabricantes que no conozco. Por suerte para mí esta empezando a florecer una pasión por las motos en televisión, nunca antes vista, de la que hablaré en otra entrada. Así que ayer pongo la caja tonta y me encuentro con una maravilla como la Junkyard Phantom y pienso "alguien esta en mi mente cogiendo mis gustos y haciéndolos moto". Pues toma sorpresa, ese alguien es japones. Yo conocía de sobra la pasión de los japoneses por las motos e incluso por customizarlas (de forma más que hortera), pero esto es un nuevo nivel. No solo son motos customizadas, son obras maestras en un campo totalmente ajeno a él.


Lo primero que descubro es que el tipo ni habla inglés, lleva un traductor en el equipo porque no pasa del chapurreo básico. Pero lo gordo vino después, se dedica a fabricar motos con motores Knucklehead y Panhead principalmente y además usa piezas de desguaces y manufactura prácticamente todo lo demás. Osea, en resumen, es un japones que no habla inglés viviendo en Las Vegas que fabrica motos americanas de los años 40 a mano ¡y lo hace mejor que cualquier americano! Por favor, ¡un aplauso para este hombre!

Junkyard Phantom
Si veis un poco de su trabajo (cosa obligada) os daréis cuenta de unos cuantos puntos comunes en todas sus motos. Otro factor a su favor, ya que creo que ser fiel a tus ideas es un signo de carácter y no una falta de originalidad. Prácticamente la totalidad de sus motos montan ruedas de perfil anchísimo, sus manillares son cortos y ligeramente hacia el depósito y siempre utiliza metales como acero, aluminio o cobre en la fabricación. Las dos primeras características le viene de otra de sus aficiones, ganar carreras de Harleys clásicas (digo bien, ganar, no participar). Además de eso, como mencioné antes, suele montar sus motos en motores antiguos que ellos mismo restauran.

Otro punto realmente asombroso es el proceso de fabricación en sí. Es acojonante verlos trabajar. Se pone con su metro a mirar el chasis durante vete a saber cuanto y a medirlo todo una y otra vez. Después de una eternidad dice "vale, vamos a hacer esto, esto y esto" y se ponen todos a darle caña como si tuvieran un guión delante, entiendo a la perfección cada detalle de cada idea que ha tenido el jefe y haciendo de forma completamente perfeccionista (muy japones eso).

Otra de la Obras de Shinya
¿Y que más se puede decir? Este tío y todo su equipo (japoneses ellos) son lo que se llama unos artistas en toda regla. Yo sinceramente no dudaría en hacerme con una colección de motos suyas si me tocara el euromillón. Dicho todo esto, os dejo, tengo que ir a buscar Bluesmen koreanos.


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