miércoles, 15 de febrero de 2012

"Muddy Watters invented electricity!"

¿Que mejor forma de empezar este blog, que hablando de dos de mis mayores aficiones a la vez? ¡Ninguna! Por eso, en esta primera entrada, os traigo la crítica de una de mis películas favoritas: Crossroads. 
Robert Johnson's Crossroads picture by Cho
El argumento central de la película nos lleva a conocer a Ralph Macchio (Karate Kid) en el papel de un joven prodigio, incluso genio, de la guitarra. En su afán por descubrir los entresijos del Blues, el chico acabará encontrándose con Willie Brown (a.k.a. Blind Dog Fulton), un ex-Bluesman que pasa sus días retirado en una residencia de ancianos. Juntos emprenderán un viaje a través de los EEUU en busca de una canción olvidada más de tres décadas atrás.



Para los más duchos en musicales debo aclarar una cosa, una de las características que diferencian este film de tantos otros es que no se trata de un musical en sí mismo, sino de una película sobre música. El desarrollo y la acción la acercan más a una road movie, convirtiéndose así en una película mucho más asequible para aquellos que no os interese de sobremanera su música. 


Entrando en personas y personajes, destacar que Ralph Macchio fue escogido para interpretar al protagonista debido a su gran boom con Karate Kid, si bien, su nivel "interpretativo" no es mucho más alto en esta ocasión (prácticamente una hazaña). El autentico carisma viene de la mano del desconocido Joe Seneca (Willie Brown) y su genial interpretación del típico viejo cascarrabias. Su mal genio unido a grandes frases como "Where I came from, you blow no harp, you get no pussy" o la que da título a esta entrada, entre otras.
Crossroads front cover (1985)


Pero de música trata el tema, así que con ello vamos. Los espectaculares acordes que acompañan al largometraje están compuestos y ejecutados por su majestad Ry Cooder. Sobra decir, por tanto, que el nivel es grandioso. A parte de Cooder, el tema central del film, como no podía ser de otra forma, es "Crossroads" de Robert Johnson. A nivel particular me parece que la música de esta película tiene todo lo que un amante del blues puede pedir.


En resumen, se trata de una película de obligada visión para todos los amantes del blues, y de un olvidable pero entretenido film ochentero para todos los demás. Espero que los que os animéis a verla la disfrutéis tanto como yo.

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